¿Que cómo nos fue en Ghana?

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¡AKWAABA!

¡Nunca me voy a volver a quejar del frío!- decía Dani, mientras el sudor le salía por todos los poros del cuerpo.

Estábamos intentando preparar los seminarios de educación en valores. Entre tanto, observábamos a las maestras recoger las clases y ordenar los patios al final de su jornada laboral. Una de ellas pasó por nuestro lado. Iba cantando “awawa do bení” que en twii, el idioma más hablado en Accra, capital de Ghana, significa maravilloso amor. Después de escuchar a la maestra cantando bajo el sol de las dos de la tarde, Dani y yo nos miramos fijamente, y no recuerdo si tan solo lo pensamos o si lo expresamos en palabras: increíble. Estábamos presenciando en vivo y en directo el espíritu del pueblo africano. Ese espíritu poderoso y, a la vez, humilde y alegre, que parece gritar por todos lados: ¡AKWAABA! ¡Bienvenido!.

Luego Yaw, el cocinero, se presentó con una sopita calentita y muy picante, acompañada por una masa de semolina.

¿Dónde está la cuchara?-preguntó Dani. Cuando nos vio lavarnos las manos (rectifico, la mano, porque solo se puede usar la mano derecha para comer), intuyó que estaba a punto de pasar por una nueva experiencia cultural. Probó y aprobó.

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Podríamos llenar muchas páginas de experiencias, porque hubo muchas. Pero creo que la más bonita ocurrió al regresar.

¿Qué te traerías a España de África?- le pregunté a Dani.

La calidez de los africanos- fue su respuesta.

Pues sí. Igual que a nosotros nos salía sudor por todos los poros, pienso que los africanos emanan calidez por todos los suyos. Y también creo que esa es la misión más importante que tenemos aquí: llenarnos de la calidez del amor de Dios para poder transmitirlo. ¿Qué hay en la vida más importante que eso?

Fátima y Daniel son voluntarios de "La Familia Internacional Granada"